"Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dice tu corazón y tu intuición."

miércoles, 16 de marzo de 2011

Una casita en las alturas

Hoy ha sido un día de intentos, de lucha y batalla.
 He salido del trabajo con la intención de llegar a la vieja casa que hay en el punto máximo del puerto que cruza estas montañas, es  una casa abandonada, color tierra, rodeada de cien distintas clases de matorrales, sus paredes parecen haber vivido una batalla, aun le queda medio techo y la rodea una valla fabricada con hierros oxidados de todos los tamaños, en su interior vive una familia de gatos, delgaduchos y gandules, se pasan todo el día acostados en cualquier parte de la casa tomando el SOL, los envidio pues ellos disfrutan de tener la vista de altura todos los días. ¡¡son los dueños del refugio de mis sueños!!

 La subida ha costado un poco más de lo habitual, hacia aire, ¡¡Cuánto odio que haga aire cuando salgo en bici!!, ¡¡qué bonito es ver como bailan los arboles cuando los mueve el viento!!. Hoy no hacia frio y ya he comenzado a salir en manga corta, mis piernas van tomando color y comienzan a diferenciarse del resto del cuerpo, empiezo a parecerme como todos los años a un código de barras con pelo.
 La subida ha sido toda una lucha de cabezonería, empeñado en subir en la Single sin descabalgar, sin rechistar ni sufrir, queriendo darlo todo por nada, pagando un precio sin recibir algo, solo por ver mi refugio y saludar a sus dueños
-Buenos días, ¿Cómo les va?, ¿no se marchan ustedes?
-…..
 Otro día mas obtengo por respuesta una mirada de curiosidad, quizás se pregunten por qué motivo un hombre sube desde el llano con semejante esfuerzo solo para emitir un sonido ilegible, ¡¡extraños seres los humanos!!

 Sin respuesta me doy la vuelta y me dejo caer, la gravedad hace su trabajo y me engulle montaña abajo subido en mi caballo metálico, allí se quedan los delgaduchos gatos vigilando la montaña, en un par de días volveré…. Quizás se hayan marchado y necesitan otro guarda de refugio...
¡¡como me gustaría vivir aquí!!