La palabra amistad se emplea frecuentemente como concepto con excesiva conformidad, un amigo debe de asegurarnos ante cualquier contratiempo, confusión, error, tropiezo o adversidad, protegernos sobre una base irrompible, no solo basta tener estima, afecto o cariño.
Un amigo no es dañino ni superficial, te regala libertad, es generoso, no confunde lealtad con sometimiento.
La amistad se cultiva, se mantiene, se mima y se protege, no se deja olvidar, se defiende, se trabaja y se gana, una amistad necesita momentos delicados, duros e incluso malos, tropezar con muros y saltarlos, es cuando la amistad crece con nobleza, se vuelve sólida.
Un amigo engancha, comparte ideas sin imponerlas, dialoga, pregunta y escucha, conecta y fusiona, reúne, asocia y anuda, un amigo aprende de ti enseñándote.
Por todos aquellos que quedaron atrás, por lo que aprendí de cada uno de ellos permitiéndome crecer, ver, vivir, sentir,,, pasaron por una vida dejando un trocito de la suya, marchándose en el momento adecuado, elegido, necesario, por los que quedan por venir, descubrir, encontrar….
Gracias….