Cuando llueve su cara se limpia, brilla con más intensidad, sus ojos se abren como nunca, su pelo cambia de color.
Cuando llueve es más bella, su corazón se agranda, sus palabras se endulzan, de sus entrañas nacen sonidos de tal pureza que hipnotizan.
Cuando llueve crece, se puede ver completa, sus líneas se definen, es esbelta, fuerte, algo prepotente y muy ingenua.
Cuando ya no llueve sale el Sol, inunda de luz toda esta belleza y la revienta a cañonazos de colores, millones de explosiones de colores!!!, miles de tonos verdes, marrones, azules, cientos de brillos, infinitos olores.
Cuando llueve quiero correr todo lo que puedo, subir a toda prisa, empaparme, quiero gritar de esfuerzo, agotarme hasta caer, ahogarme en este océano de sensaciones, resbalar y agarrarme a lo que sea, quiero estar aquí y ahora, ir montaña abajo, arriba, atravesando, inventando una ruta o imaginado un camino, sentir el dolor en las piernas, pincharme las manos, arañarme los brazos, mojarme, embarrarme, quiero perderme y sentir miedo, desorientarme, quiero tener esa sensación de volver a encontrar el camino.
Cuando llueve, la montaña se desnuda,,, luego el Sol la viste.