La subida se ha transformado en algo similar a una carrera sin premio, donde unos cuerpos con alma luchan por posicionarse en el puesto que sueñan, antes que aquel o después del otro, donde solo ver la estela del mas fuerte del grupo hace que uno se sienta feliz. Inocentes corazones que laten ignorando batallas ajenas. El esfuerzo hace sentirse vivo!!!.
Hemos subido por la pista de los forestales, dura subida que bañada permanentemente por el sol se deja embaucar si sabes dónde está el límite del entusiasmo. Antes de romper a sudar el ritmo es tranquilo, pero una vez desembocada la presión arterial el cuerpo reacciona como animal competitivo, retando en secreto por la lucha del liderazgo, sin mayor premio que unos segundos al final de la pista y una recarga de ego.
Una vez arriba y preparados para la batalla, protecciones, guantes largos, mochilas ceñidas, hemos comenzado la bajada, “la perdida”, senda tecnicotrialera con tramos rápidos y zonas delicadas, con pasos de compromiso y zonas sueltas, roca, pinos y endorfina, una bajada muy divertida que dispersa el grupo por zonas, otorgando el reino particular a cada uno según su técnica.
La lucha por la permanencia no depende de la maquina, ni si quiera de las fuerzas, son las ganas de no dejar la vida escapar lo que te hace querer equivocarte para reaccionar, los errores son la muerte del ego y por consiguiente la experiencia que más aporta sensaciones, no hay nada como equivocarse para apreciar el éxito!!, porque éxito sin fallo no es ganar; Hoy en día el ego mueve cualquier actividad deportiva, y solo son los que vencen al ego los verdaderos ganadores, ¡¡cualquier sensación sin ego es alimento para un corazón que late!!
Quedarse dormido cada noche sin remordimientos de conciencia, con la sensación de haber vivido plenamente y haber luchado con todas tus posibilidades, teniendo la capacidad de matar el ego y la comparación, eso es ser feliz!!!!
Cada persona es singular, cada corazón único, cada alma eterna.