Para ser un escalador romántico deberemos de tener un temperamento alegre, buscar la esencia de la aventura alejándonos del lado deportivo, no pretender recompensa material alguna, poseer una depurada disciplina espiritual, ser un entusiasta empedernido, dejarse seducir por los más pequeños detalles, abrir ojos y alma plenamente, buscar la fuente de la emoción, asegurarse que el ejercicio físico solo tenga efectos morales, y por ultimo abandonarse a un pleno estado de conciencia observando la solemne grandeza y recordando bellos paisajes.
Es obligado trabajarlo con constancia y temperamento, y es totalmente imprescindible compartirlo con un buen amigo.