Para evolucionar necesitamos simplificar; y es que cada vez que tenemos la sensación de que algún componente de nuestra flamante, potente y superligera bici no nos da buenas sensaciones lo primero que pensamos es “no me va bien, tendré que cambiar”, nos sentimos vulnerables, en vez de dudar “seré yo el que no me lo curro?” en que tengo mejorar?”; Suele pasar en mayor medida con las cubiertas, cuando una cubierta no cubre las necesidades de agarre que le falta a nuestro equilibrio entonces buscamos otra que lo supla, no trabajamos el equilibrio para que este mejore, ,,y si hablamos de amortiguación el debate sería interminable, el sag, el recorrido, muele/aire, ejes pasantes,,, todo pensado para mejorar la bajada, las posibilidades de las rutas, la velocidad,, pero,, ¿Quién nos mejora a nosotros?.,.,, deberíamos tener una tienda, alojada en nuestra mente, a la que pudiéramos ir a “comprar” técnica, espíritu, un poco de romanticismo y sobre todo valor para afrontar las adversidades.
Que cada ruta sea una batalla, que cada salida un éxito personal.
Alimenta el alma, nutre el corazón.
