"Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dice tu corazón y tu intuición."

jueves, 24 de febrero de 2011

El cartero cosmico



Hubo un momento que llegamos a ser el grupo perfecto, la cordada irrompible, podíamos con cualquier reto que nos planteáramos, dentro de nuestro grado eso si, éramos escaladores románticos, de vías clásicas, escalábamos por el mero placer de escalar, sin obligaciones de grados ni exigencias deportivas;  nada nos hacia vulnerables, estábamos compenetrados como si fuéramos uno solo,  esa sensación es la que tenía yo. Nos ganábamos la escala junto al amanecer, atacábamos de noche cuando la montaña dormía, ya de día la habíamos conquistado.



 Yo fui el último en llegar, el más novato, el más lento y seguramente el más torpe: disfrutaba cada metro como si fuera el último, cada vía como si fuera la primera, me apasionaba disfrutar sin dificultades, sin excesivas complicaciones, amaba el pleno esfuerzo, el vacio, escaparme  de la tierra,  sentir como ganaba pasito a pasito a la pared, revivía a cada rayo de sol y no empezaba a ser yo hasta los 22º. Admiraba como escalaban mis compañeros, ellos siempre abrían y yo los protegía, eran míos, en esos momentos estaban en mis manos y solo yo podía asegúrales continuar en este mundo si fallasen,  nos unían dos cuerdas, una se veía la otra se sentía!!



 Un día vi una estrella, era hermosa, dibujaba una estela bellísima, inigualable, quise volar hasta ella para bajársela a mis compañeros, necesitaba ganarla para ellos, quería regalarles  mi esfuerzo.

 Busque a otros soñadores, los más preparados para bajarla, quería que fuera mía a toda costa, tenía que volver con ella para poder ofrecérsela, sería una sorpresa.
 Salimos hacia su busca cuatro,  la batalla fue dura, de las más duras soñadas, peleamos cada segundo y todos se esforzaron al límite, lo dieron todo para que yo volviera con mi regalo, pero dos volvieron, era una lucha demasiado grande acostumbrados a otros campos de batalla, nosotros seguimos, teníamos por arma la mayor de las ilusiones, y triunfamos sobre nosotros mismos, la montaña solo nos dejo en paz por esa mañana.



 Y volví con mi estrella bajo el brazo, lo habia conseguido!!! era solo para ellos, la felicidad se desbordaba, habia ganado y no pude regalársela,, la cordada se rompió en aquel sueño, la estrella se apago y mi alquimia se extinguió para siempre, aquel techo maldito se vengó, ya nunca sería lo mismo. Pero no fue una lucha inútil, aprendí que escalar es compartir y que un amigo nunca se apartaría en tu caida.

Historia irreal...